Por Nicolás Schiller Solti

El momento por el que tanto esperó la ciudad de Oklahoma llegó. El primer campeonato del Thunder en la NBA tardó 17 años y siete juegos de unas Finales cargadas de emoción contra los Pacers de Indiana (103-91) y nunca se olvidarán de esta fecha.

El lema oficial de la ciudad de Oklahoma es “Imagine That” (imagina que), cuyo objetivo es mostrar el potencial del estado e inspirar a la sociedad a soñar en grande. Por primera vez desde la llegada de la franquicia en 2008, el Thunder hizo su sueño realidad y se consagró campeón de la NBA por primera vez, enterrando por fin los fantasmas del fracaso en 2012.

Cuando Tyrese Haliburton golpeó en repetidas ocasiones la duela, sacudió su cabeza en negación y sus ojos se llenaron de lágrimas, llevaba tres triples a cinco minutos de que termine el primer cuarto; sin embargo, la lesión que arrastró desde el comienzo de la serie lo llevó a romperse el tendón de Aquiles. Desde entonces, Indiana no volvió a ser el mismo equipo ante la ausencia de su líder, pese a terminar la primera mitad con un punto de ventaja.

Estos Pacers, aunque no lograron el campeonato, serán recordados por el coraje y la valentía que ofrecieron en cada partido de Playoffs. Desde victorias en los últimos segundos hasta la lucha ofrecida en Oklahoma tras la lesión de Haliburton, Rick Carlisle logró hacer un equipo que brille en conjunto más allá de los nombres propios.

El Thunder alcanzó la gloria de la mano del Jugador Más Valioso de la temporada, Shai Gilgeous-Alexander (29 puntos, 12 asistencias y 4 rebotes), Jalen Williams (20 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias) y Chet Holmgren (18 puntos y 8 rebotes), el tridente saldó la deuda pendiente de una ciudad que a partir de ahora, es campeona de la NBA.

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