Teherán, Irán.- El gobierno iraní convocó este domingo al encargado de negocios francés en Teherán en protesta por los comentarios “insultantes” del ministro de Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, quien calificó el galardón al cineasta iraní Jafar Panahi en el 78 Festival de Cannes de “un gesto de resistencia contra la opresión del régimen iraní”.
“Tras las declaraciones insultantes y las acusaciones infundadas del ministro de Exteriores francés contra la República Islámica de Irán, el encargado de negocios del país en Teherán fue convocado”, informó el Ministerio de Exteriores de Irán en un comunicado.
El jefe del segundo departamento de Europa Occidental del ministerio iraní, Mohammad Tanhaei, transmitió sus “enérgicas protestas” al diplomático francés y calificó de “injerencistas” las afirmaciones del jefe de la diplomacia francesa sobre la República Islámica.
Barrot comentó el sábado por la noche en X que la Palma de Oro ganada por el cineasta disidente iraní en el 78 Festival de Cine de Cannes es “un gesto de resistencia contra la opresión del régimen iraní”.
Tanhaei condenó estas “posturas irresponsables y provocadoras” y exigió una explicación oficial del Ministerio de Exteriores de Francia.
El diplomático iraní, además, denunció el “abuso por parte del gobierno francés de la oportunidad de organizar un evento cinematográfico para promover sus objetivos políticos contra la República Islámica de Irán”.
Panahi, conocido por su cine crítico con el sistema gobernante en Irán, aprovechó su discurso tras ganar la Palma de Oro por su película “Un simple accident” para pedir a los iraníes que dejen de lado sus diferencias y se centren en “Irán y su libertad”.
“Que nadie se atreva a decirnos cómo vestirnos, qué hacer o cómo comportarnos”, afirmó el director de cine, encarcelado en dos ocasiones en su país.
Las relaciones entre Irán y Francia se encuentran en uno de sus peores momentos.
El país europeo presentó a mediados de mayo una demanda contra Teherán ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de La Haya por la detención de dos de sus ciudadanos desde hace tres años, a los que París considera “rehenes de Estado”.
ss