Por César González

El mundo, que vive uno de los conflictos armados más grandes de la historia reciente: la guerra entre Israel y Palestina, ha causado la condena a los israelíes.

Entre esto, un estudiante de la universidad de Tel Aviv, Meyer Levinson-Blount, de 23 años, busca romper la barrera que se ha generado mediante “Butcher’s Stain”, un cortometraje en el que busca evidenciar el racismo que se vive al interior de su nación en contra de los árabes, invitando a abrir la conversación sobre ese tema.

“Hay una situación política complicada ahora, la gente no quiere trabajar con nosotros, sería una pena no tener contacto con el mundo, estoy asustado por eso, porque el cine es una gran manera de abrir la conversación, me encantaría hacer más películas con otros países de temas complejos”, menciona el director.

Pero su cortometraje ha llamado la atención de la industria a tal grado que en los Premios Estudiantiles que entrega cada año La Academia fue galardonado en la categoría de Narrativa, al contar la historia de Samir, un empleado árabe.

En la cinta, el protagonista es acusado de quitar los carteles de “Se busca” de varios rehenes israelíes de la sala de descanso del supermercado en el que labora, llevándolo a una travesía para probar su inocencia. La trama que fue inspirada por vivencias personales de su creador, que tenía un trabajo similar luego del día que comenzó la guerra.

“Quería plasmar en la cinta la clase de cultura que se tiene en Israel, la guerra llevada por los políticos y es un tema muy complejo hacer una cinta sobre la guerra en Gaza, intenté tomar este conflicto y traerlo a un espacio más pequeño, en el que se puedan evidenciar todos los puntos del conflicto y abrir la conversación al respecto”, señala Meyer.

Las críticas sin haber visto el corto

Uno de los puntos que entristecen a Meyer Levinson-Blount es que, pese a no haber recibido ninguna negativa o intento por detener la creación de Butcher’s Stain de parte de sus profesores y círculos cercanos, las personas que ni siquiera han visto el cortometraje han comenzado una avalancha de malos comentarios.

“Algunos comentarios eran porque hablaba de los árabes como víctimas, diciendo que no eran blancos del racismo; cuando haces una película, las personas no tendrían que molestarse por la razón de lo que hagas, sino por el contenido real del proyecto”, reflexiona.

Aun cuando ganó el premio de La Academia, Meyer es consciente que por su origen tendrá grandes retos que superar.

“Es importante ver que la comunidad cinematográfica es un grupo de personas que quieren hablar de estos temas y sería una pena no tener contacto con el mundo”.

El creador de Butcher’s Stain explica que parte de su esfuerzo es evidenciar que entre personas de distintos países no hay diferencias, pero la política, religión y otros temas similares causan divisiones.

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