Por Inder Bugarin
Bruselas, Bélgica.- La avalancha de cocaína que invade los mercados europeos continúa sin dar señales de haber alcanzado su pico, aumentando los riesgos de salud y seguridad en los Estados miembro, alerta en su informe anual la Agencia de la Unión Europea sobre Drogas (EUDA por sus siglas en inglés).
El documento, que será publicado este jueves en Lisboa, muestra que por séptimo año consecutivo, las incautaciones de cocaína en las puertas de entrada de la droga en la UE alcanzaron número récord.
En 2023, los Estados miembros interceptaron 419 toneladas, un aumento significativo en comparación a las 323 toneladas confiscadas el año previo.
Con 123 toneladas decomisadas, Bélgica volvió a ser el principal punto de acceso de la cocaína en Europa, seguida por España con 118 toneladas y Países Bajos con 59 toneladas.
Si bien estos países acumulan casi tres cuartas partes de la droga incautada, los datos disponibles sugieren que la situación está cambiando y poco a poco otras naciones comienzan a desempeñar un papel relevante en el tráfico con destino a Europa, particularmente Alemania, que interceptó 43 toneladas, Francia con 23 toneladas y Portugal con 22 toneladas.
Igualmente hay indicios de un desvío de las rutas; del uso de puertos estelares, como Amberes y Rotterdam, hacia pequeños y localizados en zonas remotas.
Por ejemplo, una de las mayores incautaciones de droga en la historia de Suecia, tuvo lugar en abril de 2024 en el pequeño puerto de Nynäshamn, al sur de Estocolmo, en donde se confiscaron cerca de 1.4 toneladas de cocaína.
“El tráfico de drogas ilícitas es muy dinámico y se adapta rápidamente a la evolución geopolítica, los conflictos regionales y los cambios en las rutas comerciales. En este contexto, se cree que los acontecimientos en Colombia, Brasil y Ecuador han contribuido al aumento observado en el tráfico de cocaína hacia la Unión Europea por parte de grupos de delincuencia organizada”, detalla el informe.
De acuerdo con la agencia con sede en Lisboa, la creciente disponibilidad de cocaína, está suponiendo mayores niveles de consumo y elevando su impacto en la salud pública.
Es la segunda droga más consumida, unos 4.6 millones de europeos de entre 15 y 64 años la han usado en el último año; la segunda más habitual notificada por personas que acceden por primera vez a servicios de tratamiento, 35 mil en 2023 en comparación con 31 mil 500 en 2022, y es la más frecuentemente notificada por quienes acuden a los servicios de urgencias, en 25% de todos los casos, mil 695 pacientes. La cocaína estuvo implicada en mil 51 casos fatales, es decir, en 25% de las muertes inducidas por drogas en 2023.
A esto se añade los costes para la sociedad en términos de seguridad, por la delincuencia y la violencia asociada a este mercado ilícito.
“El tráfico ilícito de drogas representa una grave amenaza para la salud y la seguridad de nuestra ciudadanía. Fomenta un ambiente de intimidación y corrupción, debilitando la estructura de nuestros entornos próximos, empresas e instituciones”, afirma Magnus Brunner, comisario Europeo de Asuntos del Interior.
“La gran rivalidad entre las redes delictivas no solo agudiza la violencia de las bandas y los homicidios, sino que también implica cada vez más el reclutamiento de menores para actividades delictivas”.
Entre las organizaciones criminales locales, parece haber la intención de querer disminuir su dependencia de los grupos que suministran la droga desde Sudamérica.
Esta sospecha radica en la proliferación de laboratorios de producción de clorhidrato de cocaína en suelo europeo a partir de productos intermedios, como pasta o cocaína base. En 2023, los países comunitarios comunicaron el desmantelamiento de por lo menos 34 centros relacionados con la producción de cocaína.
“Entre las razones para ello se encuentran probablemente la ventaja económica de controlar parte del proceso de producción en Europa y el acceso comparativamente más fácil a productos químicos de transformación como disolventes, agentes oxidantes y reductores”.
En su edición 30, el informe además pone los reflectores en el aumento de la disponibilidad de las catinonas sintéticas, un estimulante que tiene un principio activo similar al khat. En 2023, las autoridades registraron incautaciones sin precedentes de esta droga, 37 toneladas (4.5 toneladas en 2021). Los precursores llegan particularmente desde la India a través de Países Bajos; y la producción parece concentrarse en Polonia, en donde hay indicios de cooperación con bandas ucranianas. En 2023 se desmantelaron en la UE 53 centros de producción (29 en 2022).
La peligrosidad radica en que es un estimulante altamente potente y que a la fecha no hay una terapia farmacológica establecida para los casos de dependencia. También inquietan los cambios en los patrones de consumo. Por lo regular se consumía de manera involuntaria al comercializarse como si fuera otro estimulante; ahora comienza a comprarse intencionalmente, de allí el aumento de usuarios que inician tratamiento, 425 pacientes había en 2018, mientras que hubo mil 930 en 2023.
La proliferación de opioides sintéticos es otra evolución que inquieta a la EUDA. Debido a que suelen ser muy potentes, entrañan riesgo de intoxicación y muerte. Estas sustancias tienen efectos muy similares a los de la heroína y ganan terreno a paso de gigante entre los usuarios de los países bálticos. Desde 2009 han aparecido en el mercado europeo 88 nuevos opioides sintéticos.