Por Arturo de Dios Palma

Chilpancingo, Guerrero.— El poblado de El 30, en Acapulco, amaneció silenciado, desolado, sin nadie en sus calles, con el comercio cerrado y las escuelas vacías. Nadie se atrevió a salir de sus casas.

La noche del lunes en este poblado se vivieron 20 o 30 minutos de terror. Un grupo armado atacó el pueblo, dispararon contra comercios, fondas, sitios de taxis, casas. El grupo que opera ahí respondió y se desató una balacera.

Un hombre quedó muerto sobre la carretera federal Acapulco-México, donde está ubicado El 30. Otros más en fondas donde cenaban. El comisario del poblado, Adán Casarrubias Flores, dijo a reporteros que acudieron al sitio que fueron seis las personas que perecieron, todas inocentes.

“El ataque no fue dirigido hacia alguien, sólo dispararon hacia todas las direcciones”, explicó el comisario.

La cifra del comisario no ha sido confirmada o negada por ninguna autoridad. De hecho, la mayoría de los cadáveres fueron recogidos por sus familiares para evitar que se los llevara el Servicio Médico Forense (Semefo).

La noche comenzó en el bulevar Vicente Guerrero, en la colonia Las Cruces, a unos 15 minutos de El 30. Ahí el grupo armado quemó un taxi colectivo que va de Las Cruces a El 30. Luego tomaron la carretera federal. Ahí quemaron dos taxis y atravesaron un camión del transporte público en la entrada del libramiento Paso Texca.

Después comenzó el ataque en El 30. Eran aproximadamente las 8:20 de la noche del lunes. Tomó al pueblo desprevenido.

“Yo iba llegando a mi casa, me estaba quitando los tenis cuando comenzó la balacera, lo único que hice fue correr a un cuarto del fondo de mi casa. Según mi memoria, habrá durado unos 20 o 30 minutos, sentí que fue mucho tiempo”, contó un poblador de El 30.

El ataque fue repelido por el grupo criminal que opera en ese poblado desde hace décadas y que comanda la familia Arizmendi.

Tras el enfrentamiento, la entrada del poblado quedó hecha un escenario de guerra. El cadáver de un hombre quedó tirado sobre la carretera, los carros llenos de agujeros de las balas, las fachadas de los comercios y las casas repletas de hoyos.

Las autoridades tardaron casi cuatro horas para informar y lo hicieron a medias. La Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero informó que habían muerto dos personas en el enfrentamiento, que soldados del Ejército y la Guardia Nacional junto a agentes de la Policía Estatal y la Fiscalía General del Estado habían tomado el control de la seguridad en el sitio.

La mañana del martes, el pueblo amaneció vacío y en silencio, lleno de policías y militares y muchos de sus pobladores sin entender qué había ocurrido.

La movilización de militares y policías seguía. A unos kilómetros, en el poblado El 32, militares con equipo especial cerraron la carretera para desactivar explosivos que estaban dentro de unas de las camionetas que abandonaron los atacantes. Las escuelas, los comercios, el transporte público, todo se suspendió.

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