La región de América Latina y el Caribe registró un año más una reducción tanto de las personas que sufrieron hambre como de la inseguridad alimentaria, indicó un nuevo informe elaborado por cinco agencias las Naciones Unidas.
Según el informe anual sobre “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, el porcentaje de personas que sufrieron hambre en esa región bajó hasta un 5.1% en 2024, después de alcanzar un máximo de 6.1% en 2020.
Ese descenso se debe principalmente a la mejora de la situación en los países de Sudamérica, donde el porcentaje pasó de 5.3% a 3.8% en tres años, de 2021 a 2024.
También la prevalencia de inseguridad alimentaria bajó en América Latina y el Caribe, donde se situó el año pasado en un 25.2%, por debajo de la media global de un 28%.
“En consonancia con la reducción de la desnutrición, la región también ha experimentado un descenso de la pobreza en los últimos años, tras la pandemia del Covid-19”, dijo en declaraciones a EFE el economista jefe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Máximo Torero.
Según Torero, esta mejora se explica por el establecimiento de “ambiciosos programas de protección social no contributivos” (por ejemplo, transferencias de efectivo condicionales o pensiones no contributivas), como Bolsa Familia, en Brasil; Juntos, en Perú; Ingreso Ético Familiar, en Chile; y Familias en Acción, en Colombia.
Estos programas “se han diseñado con un fuerte enfoque en la seguridad alimentaria y dirigidos principalmente a poblaciones vulnerables”.
“Esto ha permitido a la región contar con mecanismos sólidos de protección social que pueden reaccionar con rápidez (…) El alcance de estos mecanismos ha sido fundamental para reducir el hambre en esta región”, afirmó el economista.
Torero también destacó el desarrollo del sector agrícola en los últimos años que ha beneficiado a las comunidades rurales y ha permitido a países como Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina convertirse en productores y exportadores clave de cereales en el mundo.
“Además, el sector agroalimentario de la región se benefició del aumento de los precios mundiales de los productos agrícolas básicos entre 2022 y 2023”, concluyó el experto de la FAO.
Una mejora global con excepciones
A nivel global, también se registró un ligero descenso de las personas que sufrieron hambre: según el informe, un 8.2% de la población sufrió esta lacra en 2024, por debajo de 8.5% de 2023 y 8.7% de 2022.
Además de América Latina y el Caribe, contribuyeron también a esta mejora mundial el sur de Asia y el sudeste asiático: así, Asia registró en general un descenso de 7.9% en 2022 a 6.7% en 2024.
Los progresos en las citadas regiones, sin embargo, contrastan con el “aumento constante” del hambre en la mayoría de regiones de África y en Asia occidental (que acogen, entre otros, los conflictos de Sudán y Gaza), donde el porcentaje de personas que padecen hambre superó el 20 % y alcanzó el 12,7 % el pasado año, respectivamente.
El informe fue presentado este lunes en Adís Abeba, en la primera jornada del Segundo Balance de la Cumbre de la ONU sobre los Sistemas Alimentarios (UNFSS+4), y fue elaborado por cinco agencias: la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
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