Por Nicolás Schiller

La espera valió la pena. No había mejor forma de presentarse como jugador del América que con un gol agónico que entregue el triunfo a las Águilas. Así debutó Allan Saint-Maximin, encargado de mantener el invicto con un triunfo agónico (4-2) sobre el Atlas, en una noche marcada por el debut de ensueño del francés.

En su regreso al estadio Jalisco, a Diego Cocca lo recibieron con cientos de banderas rojinegras junto a una manta gigante con su rostro; sin embargo, su fiesta fue opacada por el bombazo de las Águilas, que cuatro meses después de su último partido y cuando su equipo más lo necesitaba, apareció.

En una noche de esas que enaltecen al América, Marco Antonio Ortiz tomó decisiones que marcaron el rumbo del partido. Primero cobró penal para el América, mismo que Brian Rodríguez (18′) intercambió por gol, el tercero a su nombre en el torneo, para callar las críticas en medio de las especulaciones sobre el futuro del uruguayo en Coapa. Sobre el final del primer tiempo, una exquisita definición de Gustavo Del Prete (45′), igualó el partido.

Al comienzo del segundo tiempo, Diego González (49′) aprovechó la deficiente marca azulcrema para empujar el balón al fondo de la red y entregarle la ventaja a la Academia. Obligado a responder, André Jardine realizó cambios y entre ellos, entró el atacante francés. Álvaro Fidalgo (73′) empató el partido y minutos más tarde, Saint-Maximin (89′) hizo explotar el Jalisco con su primer gol en México. Finalmente, con suspenso tras otro penal designado por Ortíz, Víctor Dávila (96′) anotó el 4-2 final.

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