Por Mesa Plus

Las redadas migratorias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), en Estados Unidos han repuntado desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, superando las 50 mil personas detenidas bajo su custodia.

Tras las detenciones, la agencia migratoria exhibe nombres, edades, nacionalidades e información de antecedentes de las personas arrestadas, una acción fuera del debido proceso estadounidense que vulnera derechos y responde a una estrategia de “terror”, alerta en entrevista Edith Olivares, directora ejecutiva en México de Amnistía Internacional.

Terror entre migrantes

Durante los días 6 y 7 de junio, la ciudad de Los Ángeles fue escenario de detenciones a gran escala por parte del ICE. Autoridades federales irrumpieron en varios negocios, incluyendo dos Home Depot y una tienda de donas, arrestando a 45 personas sin órdenes judiciales y desatando protestas.

Edith Olivares, de Amnistía Internacional, explica que las redadas masivas responden a una estrategia del presidente Trump con el fin de “generar terror entre la población migrante que habita en Estados Unidos” incluso entre personas cuya estancia es legal.

Además, la activista señala que las detenciones realizadas durante las protestas vulneran el derecho de las personas migrantes a la libertad de expresión y reunión pacífica.

Exhibición de datos vulnera derechos humanos

El pasado 14 de junio, en Hunsville, Alabama, ICE realizó un allanamiento a un refugio de migrantes indocumentados, lo cual derivó en el descubrimiento de un centro de peleas de gallos. Tal operativo resultó en la detección de 60 personas, 55 migrantes y cinco ciudadanos estadounidenses, así como la incautación de más de 100 mil dólares en efectivo, y armas de fuego.

De manera similar, el 18 de junio, en un hipódromo de Vinton, Luisiana, ICE arrestó a 84 migrantes como parte de redadas en sitios de trabajo. Las autoridades destacaron la detención de dos “criminales” mexicanos, con antecedentes en delitos como posesión de cocaína y agresión sexual. “A veces, cuando estamos haciendo estos operativos en sitios de trabajo, descubrimos otras formas de conducta criminal”, dijo Eric DeLaune, agente especial del ICE HSI en Nueva Orleans.

Esta práctica de difundir detalles sobre las supuestas actividades criminales o antecedentes de los detenidos está “fuera del debido proceso”, señala Olivares, pues atenta contra la presunción de inocencia.

“En Estados Unidos, como en cualquier lugar del mundo donde está vigente el Estado Democrático de Derecho, las personas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario”, señaló la directora ejecutiva de Amnistía Internacional.

Según datos del Centro de Información de Acceso a Registros Transaccionales (TRAC, por sus siglas en inglés), el 43.7% de las personas detenidas por ICE no tienen antecedentes penales y la mayoría tienen registro de ofensas menores como infracciones de tráfico.

Los comunicados de la agencia migratoria tras sus operativos además han divulgado datos personales como nombres, edades, lugares de procedencia y antecedentes penales, lo que genera un prejuicio sobre las personas arrestadas sin que hayan atravesado un proceso penal.

El estigma, señala Olivares, podría negarle a migrantes futuras oportunidades de empleo, trabajo o vivienda. Al mismo tiempo, “mancha la imagen” no solo del individuo, sino de su nacionalidad, asociándola con un delito. “Desprestigia al conjunto de la población, en particular a la Latinoamérica y mexicana”, puntualiza la especialista.

“El discurso de odio no se queda sólo ahí”

La directora ejecutiva de Amnistía internacional, destaca que el mensaje que están generando las redadas masivas intensifica los discursos de odio: “es altamente discriminatorio, racista, clasista, xenófobo”. Además, recurre al “perfilamiento racial”, el cual implica que “se asuman conductas de acuerdo a las características físicas”, así, en las redadas masivas no se verifican las condiciones de documentación o de identidad de las personas.

Este 19 de junio, de acuerdo con un comunicado del equipo de beisbol Dodgers, agentes del ICE se presentaron en el Dodger Stadium, en Los Ángeles, y solicitaron acceso a los estacionamientos, pero la organización les negó la entrada.

Más tarde, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), dijo que los vehículos de la agencia estuvieron brevemente en el lugar, pero no había relación con la operación o aplicación de la ley.

Edith Olivares enfatiza que “es muy peligroso señalar que el origen nacional de las personas les vincula a que puedan cometer algún delito”, sobre todo, porque la mayoría migran en busca de mejores condiciones de vida “asumir o divulgar información sobre las personas por su origen nacional y presumir que por eso puedan cometer delitos, es discriminatorio y no tiene ningún fundamento en la realidad”.

La especialista señala que el discurso de odio “está teniendo también consecuencias en la práctica y la vida cotidiana de las personas migrantes que viven en Estados Unidos” donde además el Estado abusa con “detenciones ilegales, arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, tratos crueles e inhumanos, degradación, separación de familias e incluso tortura sexual”.

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