Por Gabriela Martínez

Un grupo de manifestantes fueron arrestados por la policía de Los Ángeles, luego de protestar dentro del edificio donde se encuentran las oficinas de Peter Thiel, fundador de la empresa Palantir, acusado de colaborar con el gobierno del presidente Donald Trump para usar tecnología y entregar información sobre inmigrantes.

De acuerdo con los manifestantes el empresario ha recibido contratos millonarios para entregar información de personas sin permiso de residir en Estados Unidos, dichos datos son entregados al Servicio de Inmigracion y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para facilitar la ubicación de zonas con comunidades latinas y posibles indocumentados.

Decenas de ciudadanos y residentes llegaron poco después de las 10:00 de la mañana hasta el bulevar Sunset en Hollywood West, frente a un edificio de lujo, donde se plantaron con pancartas y bocinas para gritar consignas, pero también para escuchar música, bailar y cantar como acto de resistencia.

Desde un inicio los manifestantes se dividieron en dos grupos, uno de ellos se quedó afuera de las instalaciones sobre la banqueta y otro logró entrar a la sala de espera del edificio donde están ubicadas las oficinas.

Personas entraban y salían del sitio, hasta que llegó un grupo de oficiales que habló con los manifestantes sin que salieran de las instalaciones. Aun cuando les pidieron salir decidieron quedarse como acto de desobediencia civil y permanecieron dentro, donde cantaron la canción de protesta “No nos moverán”, Joan Báez, mientras cargaban una manta.

“La primera agenda de los billonarios es atacar a los migrantes”, se leía en el mensaje que sostenían mientras cantaban.

Los oficiales se mantuvieron afuera alrededor de casi cuatro horas hasta que comenzaron con los arrestos de quienes decidieron no salir de las instalaciones. Para María, una mujer de origen guatemalteco, quien se unió a la manifestación era importante participar para denunciar el arresto de su sobrino, del quien no sabe nada.

Mientras marchaba cargaba una pancarta con el rostro de Pablo, su sobrino de apenas 28 años de edad, quien el 6 de junio pasado fue detenido por agentes de inmigración mientras estaba en su trabajo, junto a otros compañeros.

“Fue una detención completamente ilegal porque no llegaron con ningún documento, pero esto lejos de ser solo un arresto es un rapto porque desde ese entonces lo han movido a muchas partes y no sabemos dónde está, ni siquiera sus abogados lo han podido ver”, lamentó.

Con la detención de Pablo su familia -su madre y una pequeña hermana- quedaron quedaron en la indefensión. Ellas lo esperaban en Guatemala, desde donde recibían el dinero para pagar despensa y gastos de la casa, pero además un tratamiento médico que era imposible solventar con los salarios y el servicio médico en ese país.

A pesar de las detenciones y la intervención de los cuerpos policiacos durante las manifestaciones contra las redadas, en la última semana, las familias y residentes que participaron aseguran que continuarán las acciones de protesta y se unirán a la marcha “No Kings” (No reyes) convocada para el próximo sábado 14 de junio. Arrestan a protestantes frente a oficinas de millonario ligado a Trump

desa/bmc

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