Washington, DC.- Un tribunal federal determinó el martes que la gobernadora de la Reserva Federal, Lisa Cook, puede permanecer en su cargo mientras lucha contra los esfuerzos del presidente Donald Trump por despedirla.
El fallo, que casi con certeza será apelado, es un golpe a los esfuerzos de la Casa Blanca por ejercer más control sobre la Fed, un órgano tradicionalmente independiente que está encargado de fijar las tasas de interés a corto plazo para alcanzar los objetivos que establece el Congreso de estabilizar los precios y maximizar los empleos. El Congreso también ha buscado proteger a la Fed de la política diaria.
Trump anunció su decisión de despedir a Cook el 25 de agosto debido a las acusaciones que planteó una persona designada por el mandatario, quien aseguró que Cook cometió fraude hipotecario relacionado con dos propiedades que compró en 2021, antes de unirse a la Fed.
Cook está acusada de haber declarado dos propiedades como “residencias principales”, lo que podría haber resultado en pagos iniciales y tasas hipotecarias más bajas que si cualquiera de ellas hubiera sido designada como segunda vivienda o propiedad de inversión.
Los abogados de Cook argumentaron que despedirla era ilegal porque los presidentes únicamente pueden destituir a los gobernadores de la Fed “por causa”, lo que típicamente ha significado ineficiencia, negligencia o malversación mientras se desempeñan en el cargo. También aseguraron que su cliente tenía derecho a una audiencia y a la oportunidad de responder a los cargos antes de ser despedida, pero no se le proporcionó ninguna de las dos cosas. Su demanda rechazó los cargos, pero no proporcionó más detalles.
El caso podría convertirse en un punto de inflexión para la Reserva Federal, que tiene 112 años de antigüedad. Los economistas prefieren bancos centrales independientes porque les resulta más fácil tomar decisiones impopulares — como aumentar las tasas de interés para combatir la inflación— que a los funcionarios electos.
Muchos economistas temen que si la Fed cae bajo el control de la Casa Blanca, mantendrá su tasa de interés referencial más bajo de lo que justifican los fundamentos económicos para satisfacer las demandas de Trump de un endeudamiento más barato. Eso podría acelerar la inflación y también podría aumentar las tasas de interés a largo plazo, como las de hipotecas y créditos automotrices. Los inversores podrían exigir un mayor rendimiento para poseer bonos para contrarrestar una mayor inflación en el futuro, elevando los costos de endeudamiento para el gobierno de Estados Unidos y toda la economía.
Si Trump puede reemplazar a Cook, podría obtener una mayoría de 4-3 en la junta de gobierno de la Fed. Trump nombró a dos miembros de la junta durante su primer mandato y ha nominado a un asesor económico clave de la Casa Blanca, Stephen Miran, para reemplazar a Adriana Kugler, otra gobernadora de la Fed que renunció inesperadamente el 1 de agosto. Trump ha dicho que sólo nombrará a la Fed a personas que estén a favor de tasas más bajas.
Es la primera vez que un presidente ha intentado despedir a un gobernador de la Fed.
La Corte Suprema ha señalado que el presidente no puede despedir a funcionarios de la Fed por diferencias políticas, pero puede hacerlo “por causa”. Cook no ha sido acusada de ningún delito.
Trump ha atacado en repetidas ocasiones al presidente de la Fed, Jerome Powell, y a los otros miembros encargados de establecer las tasas de interés por no reducir más rápidamente la tasa de interés a corto plazo. La tasa se sitúa actualmente en 4.3%, después de que la Fed la redujo en un punto porcentual a finales del año pasado. Trump ha dicho que cree que debería llegar a ser de 1.3%, un nivel que ningún funcionario de la Fed y pocos economistas apoyan.
Powell señaló recientemente que el banco central se inclina a favor de reducir la tasa en su próxima reunión, del 16 al 17 de septiembre. Aun así, es probable que la Fed reduzca su tasa clave más lentamente de lo que Trump desea, y quizás cerca del 3.25%, una cifra muy por encima de las preferencias de Trump.
Cook es la primera mujer de raza negra en servir como gobernadora. Ganó la beca Marshall y recibió títulos de la Universidad de Oxford y Spelman College, y antes de unirse a la junta dio clases en la Universidad Estatal de Michigan y en la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard.
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