Por César González
Bangkok, Tailandia.- “El mundo necesita ver eso, porque somos mujeres empoderadas, y esta es una plataforma para nuestra voz. Y nadie puede acallar nuestra voz”, dijo, fuerte y claro, Fátima Bosch, representante de México en Miss Universe.
Estaba conmocionada. Había sido escoltada por Miss Irak, a quien tomó de la mano para salir del recinto donde Nawat Itsaragrisil, directivo anfitrión en Tailandia, la había insultado y expulsado frente a otras concursantes.
El incidente ocurrió durante una actividad paralela al concurso.
En medio de la dinámica, el empresario tailandés, presidente de Miss Grand International, interrumpió a Fátima para cuestionarla por no haber publicado suficientes contenidos sobre Tailandia en sus redes sociales.
Sorprendida por el tono del reclamo, ella respondió con calma, explicando que había seguido las indicaciones que le dieron.
Él no la dejó terminar: elevó la voz, la llamó “tonta” y pidió a los organizadores que la retiraran del lugar. Fátima no perdió la compostura, replicó que representaba a un país y merecía el mismo respeto que estaba dando.
“La manera en la que él me trató, sin ninguna razón, porque él tiene problemas, no está bien, espero que todas las mujeres en casa sepan que no importa si tienen un gran sueño, si tienen una corona, si eso les quita la dignidad, deben irse”, sentenció la mexicana al salir.
Más tarde, la propia Miss Universe Organization (MUO) publicó un comunicado desde Bangkok reafirmando su compromiso con la dignidad, seguridad y respeto de todas las delegadas en el certamen.
“El bienestar de nuestras participantes es nuestra prioridad absoluta”, señaló la MUO.
“No toleraremos ningún comportamiento que comprometa la integridad o la seguridad de las concursantes”.
La reacción en favor de la mexicana fue masiva. El nombre de Fátima Bosch se replicó millones de veces en redes sociales, sobre todo entre quienes exigían una disculpa formal a los organizadores.
El propio Itsaragrisil, asediado en sus cuentas, publicó un video ofreciendo disculpas a quienes “pudieron haberse sentido ofendidos”, aunque sus palabras no lograron convencer.
“Si alguien no se siente bien, si alguien no está cómodo, se vio afectado, pido disculpas a todos, pero ya hablé y pedí disculpas al resto de las chicas en el salón.
“Había alrededor de 75 personas en la habitación; ninguna de las delegadas tiene la culpa”, dijo Itsaragrisil en su TikTok.
Sororidad y acompañamiento
El apoyo a Fátima no se hizo esperar, las exreinas de belleza mexicana, Ximena Navarrete, ganadora en 2010, y Lupita Jones, en 1991, y quien fungió como directora del certamen nacional por años, expresaron su respaldo.
“Alzar la voz y decir lo que piensas algunas veces te puede traer problemas o situaciones difíciles de enfrentar, pero mantenerte firme en tus ideales, valores y visión de la vida te hace una mujer congruente”, dijo Jones.
Además, otras delegaciones como la colombiana alzaron la voz en favor de la tabasqueña, aplaudiendo su valentía.
“Este certamen debe ser una celebración del empoderamiento de la mujer, del derecho a pensar distinto y a expresarse libremente”, escribió Miss Universe Colombia, Vanessa Pulgarín.
La titular de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico de Tabasco, Katia Ornelas Gil, expresó su apoyo a Fátima Bosch.
Destacó el valor de su reacción al considerar que representó a México, y a su estado, con integridad y coraje en un certamen que por años perpetuó estereotipos y violencia simbólica.
“Muy orgullosa del actuar y la valentía de Fátima; defendió su dignidad con elegancia, fuerza y amor propio”, afirmó la funcionaria tabasqueña.








