Por Guadalupe Galván

Este lunes entró en vigor el arancel de 20.91% al jitomate mexicano, impuesto por el gobierno de Estados Unidos en abril pasado.

El arancel entró en vigor al retirarse el Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping sobre Tomates Frescos de México de 2019.

Este acuerdo permitía a los productores mexicanos exportar una cantidad límite de jitomate a su vecino del norte sin pagar aranceles antidumping.

Sin embargo, el 14 de abril Washington advirtió que a partir de este 14 de julio aplicaría un recargo “del 20.91% sobre la mayoría de las importaciones de tomates procedentes de México”.

“El acuerdo actual no ha logrado proteger a los productores de tomate estadounidenses de las importaciones mexicanas a precios injustos”, se quejó en su momento el Departamento del Comercio.

En 2024 México figuraba entre los 10 países productores de esta fruta al cubrir el 24,7% de la oferta, según datos de la secretaría de Agricultura y Desarrollo Social mexicana.

Estados Unidos fue el principal destino de esta baya.

Según el Banco Mundial, México exportó 1.8 millones de toneladas de tomates a Estados Unidos en 2023, por un valor de dos mil 800 millones de dólares. Se convirtió así entre los primeros cinco productos agroalimentarios que generaron más divisas al país.

Estados Unidos produce jitomate, pero de manera estacional. Florida, por ejemplo, lo produce entre octubre y junio; California, entre mayo y noviembre. México, en cambio, tiene producción continua, todo el año.

Por ello, la medida tendrá un impacto en Estados Unidos: desde el jitomate que se vende en los supermercados, pasando por la catsup y los restaurantes donde venden pizzas, los precios se elevarán a raíz del arancel.

En México, impactará en el nivel de exportaciones -al encarecerse, se prevé que se reduzcan- y, por ende, en el de empleos.

En declaraciones a la cadena estadounidense CNN, Timothy Richards, profesor de agronegocios de la Universidad Estatal de Arizona, los precios al consumidor podrían aumentar aproximadamente 10% en Estados Unidos y la demanda podría disminuir un 5% como resultado de estos aranceles.

Los restauranteros se quejan de que debido a los aranceles de Trump, se ven obligados a subir precios de ensaladas, pastas y otros platillos, y de que la gente está saliendo a comer fuera de casa menos que antes, por los altos costos.

Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, México ha sido uno de los principales objetivos de los aranceles del republicano.

Fue el primer país, junto con Canadá, en ser objeto de tarifas aduaneras del 25% a principios de marzo. Washington acusa a sus dos vecinos de no hacer lo suficiente para limitar la entrada de migrantes y fentanilo a Estados Unidos.

Estos aranceles aduaneros fueron posteriormente suspendidos en gran parte, pero México también se ve afectado por el 25% de gravámenes al acero y al aluminio, y por los recargos a los automóviles que no están en el marco del T-MEC.

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