Washington, D.C.- La Casa Blanca acusó el miércoles a la oposición demócrata de montar una “narrativa falsa” después de la publicación de correos electrónicos en los que el delincuente sexual Jeffrey Epstein sugería que Donald Trump estaba al tanto de sus abusos.

“Los demócratas filtraron selectivamente correos electrónicos a los medios liberales para crear una narrativa falsa y difamar al presidente Trump”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en un comunicado. “Estos correos electrónicos no prueban nada, salvo que el presidente Trump no hizo absolutamente nada malo”, aseguró.

Poco después, el propio Trump posteó que “los demócratas están tratando de sacar a relucir nuevamente el engaño de Jeffrey Epstein porque harán cualquier cosa para desviar la atención de lo mal que lo han hecho con el cierre del gobierno y tantos otros temas”.

Añadió que “solo un republicano muy malo o estúpido caería en esa trampa. Los demócratas le han costado a nuestro país 1.5 billones de dólares con sus recientes payasadas de cerrar cruelmente nuestro país, al tiempo que ponían en peligro a muchos, y deberían pagar un precio justo. No debería haber desviaciones hacia Epstein ni hacia nada más, y cualquier republicano involucrado debería centrarse únicamente en abrir nuestro país y reparar el enorme daño causado por los demócratas”.

Trump ha negado cualquier implicación y conocimiento de las actividades de tráfico sexual de quien fuera su amigo, que falleció por suicidio en una prisión federal en 2019 mientras aguardaba ir a juicio.

En los correos electrónicos recién publicados dirigidos a la antigua asociada Ghislaine Maxwell, condenada por tráfico sexual tras la muerte de Epstein, y al autor Michael Wolff, Epstein afirma que Trump pasó tiempo significativo con una mujer que los demócratas del Comité de Supervisión describen como una víctima del tráfico sexual de Epstein.

En un correo electrónico dirigido a Wolff compartido por los demócratas y fechado el 31 de enero de 2019, Epstein presuntamente escribió: “Por supuesto que [Trump] sabía acerca de las chicas ya que le pidió a Ghislaine que parara”.

En otro mensaje de abril de 2011, Epstein le dijo a Maxwell: “Quiero que te des cuenta de que ese perro que no ha ladrado aún es Trump”.

En ese mensaje añadió, en alusión a una víctima no identificada: “[Nombre tachado] pasó horas en mi casa con él, nunca se ha mencionado”.

Los mensajes son parte de un lote de 23 mil documentos proporcionados por el patrimonio de Epstein al Comité de Supervisión. La divulgación resucita una historia que había ensombrecido la presidencia de Trump durante el verano, cuando el FBI y el Departamento de Justicia anunciaron abruptamente que no liberarían documentos adicionales que los investigadores habían pasado semanas examinando, decepcionando a teóricos de la conspiración y detectives en línea que esperaban ver nuevas revelaciones.

En el comunicado, Leavitt aseguró que la persona no identificada mencionada en los correos electrónicos es Virginia Giuffre, quien había acusado al príncipe Andrés de Gran Bretaña y a otros hombres influyentes de explotarla sexualmente cuando era adolescente y que murió por suicidio en abril. Andrés ha rechazado las acusaciones de Giuffre y dijo que no recuerda haberla conocido, pero el rey Carlos III decidió retirarle sus títulos, tras declarar que siempre estará del lado de las víctimas.

Leavitt subrayó que Giuffre había “dicho repetidamente que el presidente Trump no estuvo involucrado en ningún acto indebido y ‘no podría haber sido más amable’ con ella en sus interacciones limitadas”.

“El hecho sigue siendo que el presidente Trump expulsó a Jeffrey Epstein de su club hace décadas por ser un acosador con sus empleadas, incluida Giuffre”, dice el comunicado. “Estas historias no son más que esfuerzos de mala fe para distraer de los logros históricos del presidente Trump, y cualquier estadounidense con sentido común ve claramente a través de este engaño y distracción clara del gobierno reabriendo nuevamente”.

Giuffre presentó públicamente su denuncia después de que una investigación inicial terminara en una condena de 18 meses de cárcel en Florida para Epstein, quien forjó un acuerdo secreto para evitar el enjuiciamiento federal al declararse culpable de cargos relativamente menores a nivel estatal de solicitar prostitución. Fue liberado en 2009.

En demandas posteriores, Giuffre indicó que era una asistente de spa adolescente en Mar-a-Lago, el club de Trump en Palm Beach, Florida, cuando fue abordada en 2000 por Maxwell.

Los abogados de Maxwell, una socialité británica, han argumentado que nunca debió haber sido juzgada o condenada por su papel en atraer a adolescentes para ser abusadas sexualmente por Epstein. Está cumpliendo una condena de 20 años de prisión, aunque fue trasladada de una prisión federal de baja seguridad en Florida a un campamento de prisión de mínima seguridad en Texas después de ser entrevistada en julio por el subsecretario de Justicia Todd Blanche.

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