— Cobertura especial de Reportes365, desde Allianz Field.

Minnesota United vivió una jornada que quedará en su historia futbolera para siempre.
No era un partido más. El mejor jugador del mundo pisaba por primera vez el Allianz Field.
Y aunque el estadio se tiñó de rosa y celeste por las camisetas de Messi, la fiesta fue local.

Minnesota United venció con fútbol, actitud y orgullo al Inter Miami de Lionel Messi por un categórico 4-1.
La expectativa era inmensa, pero lo que sucedió superó cualquier pronóstico.
El Allianz Field explotó en una atmósfera eléctrica: cada rincón vibraba con la emoción de ver a Messi y con la ilusión de ganar.

Los Loons salieron a la cancha con decisión. Y con fútbol del bueno.
Bongokuhle Hlongwane abrió el marcador con categoría.
Anthony Markanich estiró la diferencia antes del entretiempo.
La ilusión crecía. La hazaña parecía posible.

Messi, fiel a su leyenda, descontó apenas comenzado el segundo tiempo.
Pero la esperanza visitante duró poco.
Un gol en contra de Marcelo Weigandt y un misil imparable de Robin Lod sellaron la goleada.
Fue una victoria aplastante. Una actuación inolvidable.

  • Minnesota United aplasta al Inter Miami y hace historia en el Allianz Field
  • Minnesota United venció con buen fútbol al Inter Miami de Messi y sueña en grande

“El tercer gol nos mató”, confesó Javier Mascherano tras el encuentro.
“Sabíamos que Minnesota no perdona. Después del tercero fue imposible.”

La jornada fue más que fútbol. Fue una celebración cultural, comunitaria, emocional.
El concierto de Soul Asylum puso a todos a cantar, y Dave Pirner, desde el escenario, lo dijo claro:
“Podrías estar en cualquier lugar, pero estás aquí.”
Y ese aquí —ese rincón vibrante de Midway— fue, por una tarde, el mejor lugar del mundo.

Y mientras todo eso sucedía, el fútbol regalaba uno de sus momentos más puros.
Joaquín Pereyra y Nicolás Romero, jugadores argentinos de Minnesota, hablaron con Reportes365 y no podían creer lo que estaban viviendo.
Compartir una cancha con Lionel Messi era un sueño imposible.
Pero aún más impactante fue lo que vivieron durante los 90 minutos.
Messi, entre jugada y jugada, les habló con una cercanía conmovedora.
“Nos hablaba como si nos conociera de toda la vida”, confesaron.
Un Messi humano, humilde, más terrenal que nunca.
Que sigue haciendo historia… también por lo que da fuera de los goles.

Para los Loons, esta victoria fue más que tres puntos.
Fue un mensaje. Un grito de identidad.
Como dijo su DT Eric Ramsay:
“Todos soñamos con una tarde así, y se dio exactamente como lo imaginamos.”

Minnesota brilló con luz propia.
Aunque Messi marcó y dejó momentos mágicos, los protagonistas fueron los locales.
El equipo, la gente, el juego.
Minnesota United está segundo en su división. Y no quiere frenar.
Porque acá, en el norte, también se sueña en grande.
Y el fútbol se vive con el corazón.

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