Bangladesh.– El Embajador de Buena Voluntad de UNICEF, Orlando Bloom, visitó Bangladesh esta semana para constatar el impacto de los drásticos recortes a la ayuda oficial al desarrollo (AOD) en el medio millón de niños que viven en los campamentos rohingya de Cox’s Bazar.
Durante su visita de cuatro días, Bloom se reunió con niños, familias y trabajadores humanitarios para comprender la magnitud de los problemas de financiación que amenazan la educación, la salud, la protección y la supervivencia de los niños en los mayores campamentos de refugiados del mundo.
«Los niños de estos campamentos dependen totalmente de la ayuda, pero lamentablemente esta ayuda está disminuyendo», declaró Bloom. «Conocí a Aziz, de 14 años, quien me contó que soñaba con ser ingeniero para construir un dron y mostrar al mundo cuánta ayuda necesitan los niños rohingya. Estos niños necesitan educación para tener un futuro».
En junio de este año, UNICEF se vio obligada a cerrar temporalmente la mayoría de las escuelas en los campamentos de refugiados rohingya debido a la escasez de fondos, lo que afectó a casi 150.000 niños. Si bien los niños de todos los grados retomaron recientemente las clases tras una campaña de recaudación de fondos, la amenaza de una inminente falta de financiación a principios de 2026 podría provocar el cierre de todas las escuelas nuevamente, dejando a más de 300.000 niños sin acceso a la educación.
“Hablé con Husna, de 15 años, en una escuela apoyada por UNICEF. Es increíblemente dedicada a sus estudios; no ha faltado a ninguna clase desde que se matriculó en la escuela en el campamento hace tres años, e incluso aprende inglés en línea para mejorar sus perspectivas de futuro. Me contó que quiere seguir estudiando para convertirse en médica y ayudar a niñas como ella. Mantener las escuelas abiertas es la única oportunidad que tienen las niñas en los campamentos para tener un futuro y evitar caer en el matrimonio infantil, una amenaza para la mayoría de las niñas aquí”, dijo Bloom.
Para los niños que viven en situaciones de emergencia, la escuela es un salvavidas, pues les ofrece no solo la oportunidad de aprender, sino también un espacio seguro lejos de la explotación, el matrimonio infantil, la trata de personas y el reclutamiento por parte de grupos armados. La falta de educación formal los deja vulnerables a estos graves riesgos, especialmente a las niñas y adolescentes, que ya están traumatizadas por el desplazamiento.
En los últimos meses, UNICEF ha intensificado su respuesta para proporcionar agua potable, saneamiento e higiene (WASH), llegando a más de la mitad de la población en los campamentos para prevenir brotes de enfermedades y problemas de salud. En comparación con el año pasado, las enfermedades de la piel, como la sarna, causadas por el saneamiento deficiente, han aumentado un 24 %, afectando a medio millón de personas que viven en los campamentos.
A pesar de los esfuerzos por mantener los servicios esenciales, las recientes reducciones en la ayuda internacional también están afectando gravemente la seguridad de los niños. Tan solo en octubre, se informó que más de 400 niños rohingya en los campamentos fueron víctimas de graves violaciones de derechos humanos, principalmente secuestro y reclutamiento por grupos armados, tres veces más que durante el mismo período del año anterior, lo que subraya la urgente necesidad de medidas de protección e intervención más sólidas.
“Además de todos los demás desafíos en los campamentos, la insuficiencia de servicios de protección pone a estos niños en un riesgo real de sufrir más abusos y negligencia. Los niños deben ser protegidos de la violencia y la explotación”, afirmó Bloom. Hablé con dos niños que recientemente escaparon tras ser secuestrados y retenidos durante varios meses por grupos armados. Sus historias son absolutamente desgarradoras. Debido a sus experiencias, sufrirán un trauma de por vida y temo por su seguridad. Es un crudo recordatorio de que la acción urgente y el aumento de las medidas para proteger a los niños son cruciales y vitales.
Durante la visita, Bloom también se reunió con madres de niños menores de cinco años que padecen desnutrición aguda, una situación que se está agravando debido a múltiples factores, entre ellos la falta de financiación. Los datos de UNICEF de enero a septiembre de 2025 muestran un aumento del 11 % en los ingresos hospitalarios de niños menores de cinco años con desnutrición aguda grave en comparación con el mismo período del año anterior.
UNICEF trabaja en los campamentos de refugiados rohingya para promover y apoyar la alimentación infantil y de la primera infancia para la prevención de la desnutrición y para garantizar que todos los niños con desnutrición aguda grave reciban tratamiento. Sin financiación sostenida más allá de 2025, las madres y los niños vulnerables se quedarán sin acceso a servicios vitales.
“Tras ocho años de una crisis prolongada en la que UNICEF ha trabajado incansablemente para brindar un futuro a los niños refugiados rohingya, la magnitud y la rapidez de los recortes de fondos en los campamentos amenazan con crear una generación perdida”, declaró Rana Flowers, Representante de UNICEF en Bangladesh. “Si las tendencias actuales continúan, más de medio millón de niños que viven en los campamentos corren el riesgo de sufrir retrasos en su desarrollo de por vida, la pérdida de su infancia o la muerte. El efecto dominó de la actual crisis de financiación afectará todos los aspectos de la vida de los niños: menos alimentos, menos servicios de salud y ninguna protección contra la violencia y la explotación”.
La visita de Bloom se produce en un momento en que muchos gobiernos de todo el mundo están reduciendo la ayuda exterior. UNICEF advierte que estos recortes ponen en riesgo la vida y el futuro de los jóvenes. UNICEF prevé una caída mínima del 20 % en los ingresos a nivel mundial durante los próximos cuatro años.
“La situación que se desarrolla en los campamentos rohingya es una crisis de supervivencia infantil”, afirmó Bloom. “Instamos a la comunidad internacional a que intensifique sus esfuerzos y apoye a los niños que necesitan ayuda ahora más que nunca. No merecen ser olvidados; ningún niño lo merece.”








