El año escolar inició ayer en Los Ángeles. Pero en vez de las risas tradicionales y el griterío, lo que hubo fueron alumnos acompañados de maestros entrenados para reconocer oficiales dedicados a la detención de migrantes, menos asistentes… y miedo. Así como las redadas de la administración Trump impactaron las graduaciones escolares, ahora lo hacen en el retorno a clases.

En la secundaria Maya Angelou Community, en South Park, mientras los estudiantes entraban con sus mochilas, voluntarios recorrían el perímetro del campus en sus coches, con calcomanías rojas y negras que decían: “Protegiendo a las comunidades del ICE y el terror policial”, reportó el diario Los Angeles Times.

“En lugar de sentirme emocionada, realmente lo que siento es preocupación”, expresó Madelyn, una joven de 17 años de Centroamérica, a la agencia Associated Press. “Estoy muy, muy asustada, y hay mucha presión”. Toma el transporte público para ir a la escuela, pero teme ser detectada por agentes de inmigración debido al color de su piel. “Sólo somos jóvenes con sueños que queremos estudiar, avanzar y contribuir a este país también”, dijo.

Los temores se avivaron el lunes cuando, en lo que las autoridades llamaron una “confusión de identidad”, agentes federales apuntaron con sus armas y esposaron a un adolescente de 15 años con discapacidad a las puertas del instituto Arleta High School. Señalaron que lo confundieron con un pandillero de la Mara Salvatrucha (MS-13). El chico fue liberado más tarde. Pero la noticia de la detención se regó como la pólvora.

Después de lo ocurrido en las ceremonias de graduación, cuando muchos estudiantes llegaron solos para evitar que sus padres fueran detenidos, las autoridades escolares de Los Ángeles tomaron medidas.

Maestros y voluntarios se apuntaron en un programa para realizar patrullajes. También se les dio entrenamiento para identificar tipos de agentes que pueden aparecerse y que han sido vistos participando en las redadas, a fin de que puedan distinguirlos y dar aviso. “La gente ya está patrullando en sus coches. Los profesores van a aparecer y patrullar a pie alrededor de la escuela”, explicó a Los Angeles Times Ron Gochez, profesor de Historia en la secundaria Maya. “Si viéramos algo, nos pondríamos en contacto no sólo con nuestra escuela, sino también con otras escuelas de nuestro vecindario inmediato”.

El superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, Alberto Carvalho, ha instado a las autoridades de inmigración a no realizar actividades de control dentro de un radio de dos cuadras de las escuelas, comenzando una hora antes que inicie el día escolar y hasta una hora después que terminen las clases. “Los niños con miedo no pueden aprender bien”, subrayó en una conferencia de prensa. Pero en la administración del presidente Donald Trump, quien desde su llegada inició una campaña de deportaciones masivas y declaró la guerra a los indocumentados, ningún lugar es seguro.

Ayer mismo, mientras el gobernador de California, Gavin Newsom, daba una conferencia en el Centro Cultural Japonés-Americano, en la zona de Little Tokyo, sobre un plan para un mapa de redistribución de distritos electorales del Congreso, afuera, unos 100 agentes federales se reunieron, en lo que llamaron un “operativo itinerante de control migratorio”. Al menos una persona fue detenida.

Muchos padres de familia, decididos a evitar que los saquen del país, pero también a que sus hijos estudien, están optando por la educación en línea. Según Carvalho, la matriculación de estudiantes en academias virtuales aumentó 7%.

“He visto videos de familias separadas, he visto a los agentes de inmigración del ICE irrumpir en las escuelas, nunca querría pasar por eso, no querría que nadie pasara por eso. Es desgarrador”, dijo Genesis Estrada, estudiante de octavo grado de la escuela secundaria Mulhollan, a medios locales.

Para tranquilizar a los estudiantes, algunos profesores incluso se pusieron afuera de las escuelas, con pancartas de apoyo a los migrantes: “Todos son bienvenidos”.

“Cuando yo era niño me preocupaba el bullying, el perro del vecino. Ahora, a los niños les preocupa salir de casa en la mañana y no saber si sus padres estarán al regresar de la escuela”, dijo a Los Angeles Times Darren Knowles, superintendente del Distrito Escolar Unificado de Pomona.

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