Las autoridades informaron que 52 personas han muertos en Texas, luego de las inundaciones. Van 43 en el condado de Kerr; cuatro en el de Travis; tres en el condado de Burnet; 1 en el de Tom Green y otra en el de Kendall,en el de Travis.
Los servicios de rescate de Texas buscaban el sábado a 27 niñas desaparecidas a causa de las fuertes inundaciones que devastaron ese estado del sur de Estados Unidos.
Las crecidas derivaron de lluvias torrenciales que se desataron en la tarde del viernes en el centro del estado y que se reanudaron durante la noche y en la madrugada del sábado, aunque con menor intensidad.
De las aproximadamente 750 niñas que asistían a un campamento de verano cristiano a orillas del río Guadalupe, 27 están desaparecidas, dijo por su lado Dalton Rice, dirigente municipal de la ciudad de Kerrville.
¿Por qué los pronósticos iniciales subestimaron las precipitaciones?
El Houston Chronicle informó que “es fácil predecir cuándo habrá riesgo de inundación en una zona extensa; de ahí que se emitieran alertas de inundación el jueves por la tarde, mucho antes de las tormentas del viernes por la mañana. Sin embargo, es extremadamente difícil determinar con exactitud dónde ocurrirá una inundación catastrófica como esta”.
El medio añadió que “los modelos meteorológicos suelen tener dificultades con los complejos convectivos de mesoescala de movimiento lento. Suelen estar relativamente desorganizados, carecen de soporte atmosférico superior y carecen de un centro definido. Estos factores dificultan que un modelo meteorológico detecte el movimiento y la evolución de un sistema”.
El Chronicle agregó que “es casi imposible para los modelos meteorológicos predecir con exactitud dónde se formarán las bandas de lluvia más intensas dentro de un complejo de tormentas eléctricas. Unos pocos kilómetros pueden marcar una gran diferencia entre si una ciudad recibe lluvias ligeras o una inundación potencialmente mortal. El viernes, el blanco se situó sobre el centro-sur del condado de Kerr, lo que provocó el desbordamiento del río Guadalupe”.
El medio concluyó que “la combinación de todo esto —la atmósfera sobresaturada, las tormentas eléctricas lentas y los factores geográficos presentes en la región de Hill Country— resultó en la fórmula perfecta para inundaciones repentinas. El río Guadalupe creció 6,7 metros en tan solo 3 horas la mañana del viernes, alcanzando una cresta superior a la histórica inundación de 1987”.
No obstante, algunos meteorólogos sugirieron que las autoridades locales y los líderes del campamento deberían haber activado más medidas dadas las amenazas evidentes.
“La desgarradora catástrofe que ocurrió en el centro de Texas es una tragedia de la peor clase porque parece que se podrían haber llevado a cabo evacuaciones y otras medidas proactivas para reducir el riesgo de muertes si los organizadores de los campamentos afectados y los funcionarios locales hubieran atendido las advertencias del gobierno y las fuentes meteorológicas privadas, incluido AccuWeather”, escribió el meteorólogo jefe de AccuWeather, Jonathan Porter, en un comunicado el sábado por la mañana.
Nim Kidd, jefe de la División de Gestión de Emergencias de Texas, señaló el viernes los pronósticos del NWS de principios de semana que proyectaban hasta 6 pulgadas (15.24 centímetros) de lluvia.
El medio The Texas Tribune agregó que “el momento de la inundación pudo haber sido un factor que complicó la situación. Las alertas se emitieron al inicio del fin de semana del 4 de Julio, cuando los parques de casas rodantes, cabañas y casas se llenan de turistas que podrían no estar tan familiarizados con los riesgos de inundación ni con el comportamiento del agua”.
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