Por Marlem Suárez/David Rosas Lira
Ozzy Osbourne no le temía a las tinieblas. Vivía en ellas desde que era niño. Pobreza, delitos menores y drogas eran parte de un círculo que no rompió ni la música, pero que tampoco trató de ocultar ni en sus últimos días.
El “Príncipe de la oscuridad”, quien falleció ayer a los 76 años por problemas derivados del Parkinson, nació en Birmingham, Inglaterra, en una familia obrera: soñaba con escapar del ruido de las fábricas y de una dislexia que, sin pretenderlo, lo llevó al encuentro de su pasión.
La música de The Beatles le hizo sentir esperanzas en que podía escapar de la oscuridad y la marginación, y por un momento lo logró con el grupo Black Sabbath.
Junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward forjó los cimientos del heavy metal con canciones como “Paranoid” e “Iron Man”, que tenían un sonido más oscuro y letras que no tenían miedo a hablar del dolor, la guerra, la religión o la locura.
“Sin Black Sabbath, el metal no existiría como hoy lo entendemos”, afirma Gus Santa, guitarrista mexicano y exintegrante de la banda Ángeles del Infierno.
El apodo de “Príncipe de las tinieblas” nació de su imagen excéntrica. “Pensaban que éramos amigos de Satanás o algo así”, confesaba Ozzy entre risas en 2016.
Tras una década de luz, éxito, excesos y conflictos internos, fue expulsado de la banda en 1979 debido a su adicción a las drogas y el alcohol que lo estaban llevando a la autodestrucción. Parecía el fin, pero su carrera solista sería más legendaria.
Luz al talento emergente
Con al menos una docena de discos, Ozzy hizo una sólida carrera solista, al tiempo que arrojaba “luz” a los nuevos talentos.
Con el Ozzfest dio espacio a bandas emergentes como Korn, Slipknot, System of a Down y otras.
Francisco Javier Quintanar Polanco, especialista y crítico para medios de música y cine, considera que fue Ozzy quien más apoyó a su industria y a nuevos talentos.
“Ozzy siempre fue generoso con las bandas nuevas: apoyó a Mötley Crüe, Metallica y Megadeth cuando nadie los conocía, prestó su voz en coros y les dio espacio. Fue clave para que el heavy metal creciera”.
En 2005, fue incluido en el Salón de la Fama de la Música del Reino Unido como solista y como parte de Black Sabbath. Un año después entró al Salón de la Fama del Rock and Roll estadounidense.
Siempre terrenal, franco, compartió su vida en reality shows como The Osbournes, donde dejaba ver al padre de familia, al esposo y al músico desparpajado e imperfecto.
La despedida
Hace tan sólo 17 días, se llevó a cabo el último concierto de Black Sabbath, “Back to the Beginning”, con su alineación original completa.
Ozzy, con visibles problemas de salud, como Parkinson, estuvo acompañado de grandes bandas como Metallica, Pantera, Slipknot o Slayer en su ciudad natal de Birmingham en Inglaterra, reuniendo fans de todo el mundo, como lo cuenta Mao Kanto, guitarrista y vocalista de la banda de heavy metal S7N.
“Toda la ciudad respiraba a Ozzy. Veías a músicos de bandas como Mastodon o Gojira caminando por las calles. En el show, Metallica, Guns N’ Roses, Slayer, Pantera… todos estaban ahí para rendirle tributo. Todos sabíamos quién era el jefe”, dijo el músico.
El concierto se llamó Back to the Beginning, Ozzy apareció en silla de ruedas visiblemente debilitado, pero con la energía de siempre.
El concierto se“La gente se volvía loca sólo con verlo moverse, intentar pararse. Él no podía hacer mucho físicamente, pero emocionalmente nos lo dio todo”, agregó Mao Kanto.
Ayer Ozzy Osbourne se perdió entre las tinieblas y se convirtió en leyenda.