Por César Huerta
La cuenta regresiva terminó. Y tras casi medio de mucho ruido, luego de estrenarse en Cannes, la nueva película de Guillermo del Toro, “Frankenstein”, podrá verse desde este jueves en cines selectos mexicanos.
Se trata de una versión a la Del Toro, es decir, no es una película de terror como tal, o al menos no de un monstruo como todos se lo imaginan o creen conocer. Sólo viéndola sabrán a qué nos referimos.
El impacto mediático es completamente lo extremo a lo ocurrido en 1818, cuando la novela original apenas y salió con 500 ejemplares esperando que alguien lo leyera.
Aquí te damos algunos puntos que te ayudarán a ver de otra manera la cinta que definitivamente se debe disfrutar en pantalla grande. Pero si el presupuesto o el tiempo no te lo permiten, espera al 7 de noviembre, cuando llegará a Netflix.
EL HIJO DE NADIE.- Desde hace tiempo Guillermo del Toro soñaba con hacer dos historias sobre el significado de ser humano en una vida marcada por la eternidad y la muerte. Primero fue “Pinocho”, cuyo final hace ver que el muñeco de madera sufrirá, cada cierto tiempo, con la muerte de sus seres queridos mortales. Ahora con “Frankenstein” explora el tema, pero con tintes más personales. “Terminé haciendo estas dos películas casi una tras otra en el momento en el que perdí a mi padre y a mi madre, y realmente tuve que reflexionar acerca de quién era, porque pasas a ser el hijo de nadie”, ha dicho.
EL MONSTRUO QUE ASUSTA Y ENAMORA.- Mike Hill, quien maquilló al ente anfibio de “La forma del agua”, fue ahora el responsable de darle vida a la criatura hecha como rompecabezas humano. A Frankenstein se le verá con el cabello corto y largo, costuras en la piel y, quizá lo más importante para el público femenino, conservando de alguna manera la galanura del actor Jacob Elordi. Se utilizaron 42 partes prostéticas para su hechura final. En algún momento, el personaje se describe a sí mismo como “hijo del osario”.
¿UNA VÍCTIMA?.- Víctor Frankenstein, el creador de la criatura e interpretado por el guatelmateco Oscar Isaac, es un tirano. El propio Del Toro lo explica: “ a todas las personas que son tiranas les encanta ser víctimas. Dicen ‘pobre de mí’, pero mientras tanto destruyen la vida del resto. Ese es Víctor”. Pero el mexicano deja una salida para quien así lo quiera ver: “todos necesitamos amor, sólo eso”.
SETS MAJESTUOSOS.- Una mansión en auge, otra construcción destruida y un laboratorio que no envidie a ninguno moderno, fue obra de la mente creativa de Tamara Deverell, encargada del diseño de producción. Esta área es la responsable de crear los set necesarios para contar una historia. Tamara fue colaboradora del cineasta jalisciense en “El callejón de las almas perdidas”, teniendo nominación al Oscar.
BARCO REAL.- Si de algo estaba seguro Del Toro es que no quería hacer uso de efectos visuales en cuestiones majestuosas. Así que el barco que se ve al principio de la película es “real”. Para moverse se utilizó un estabilizador mecánico. El director mexicano se enorgullece de que normalmente las producciones construirán seis metros de barco y lo demás se haría digitalmente, pero no es el caso de Frankenstein.
BAILARIN DE MODELO.- El vestuario debe decir al público, desde los primeros segundos y sin necesidad de palabra, quién y qué es el personaje que acaba de salir en pantalla. Kate Hawley (“El señor de los anillos: Los anillos de poder”) comenzó a conceptualizarlo con la idea de que Del Toro no quería un retrato anticuado de la época. Así que para el de Víctor se inspiró en el bailarín ruso Rudolf Nureyev (1938-1993) y por eso de pronto los pantalones a cuadros y guantes rojos.
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