Leyendo las noticias hoy, me enteré que el legendario “Demonio”, bajista de la banda KISS, héroes musicales de mi loca adolescencia, sufrió un accidente automovilístico por las carreteras de California. Luego de informarme bien y de saber que fueron heridas leves, y de que el músico de 76 años ya se encontraba estable y recuperándose en casa, mi mente voló al pasado, cuando estos rockeros llenaban mi cabeza de música.

No recuerdo la fecha, pero supongo que eran fines de los 70’s en la Ciudad de México. Con un poco de esfuerzo pensaría que estaba iniciando mis estudios de bachillerato, en el CCH Vallejo, cuando pegué en la pared mi primer póster de KISS en mi recién acabada habitación, en casa de mis padres.

Por primera vez en mi corta vida tenía una habitación para mi mismo, sin compartir espacio con mis “encantadores” hermanos, así que ésta debía reunir lo mejor de lo mejor, para darme una satisfacción de adolescente… pensaba eso mientras me fumaba un cigarro, robado a escondidas a mi padre.

Viendo como lucía el póster en la recién enyesada pared, observaba el colorido maquillaje, los exóticos vestuarios y peinados y las enigmáticas expresiones de Gene Simmons, Ace Frehley, Peter Criss y Paul Stanley, los estrambóticos integrantes de ésta banda neoyorquina.

De inmediato sentí la necesidad de escuchar alguna de sus canciones, pero no existía la inmediatez de hoy para escuchar música en el mismo instante que queremos. Desde luego tenía varios de sus discos LP, en acetato tanto los álbumes completos, como algunos discos sencillos, pero aún no tenía en mi sacrosanto recinto algún aparato en qué tocarlos.

Ya que me “autoheredé” una vieja radio AM/FM de mi padre, una Motorola que había sobrevivido a toda nuestra infancia, de inmediato procedí a buscar en alguna de mis estaciones preferidas, a ver si alguno tenía tocando en ese preciso momento a mis héroes del rock.

Stereo 100, Radio Universal, Radio 590 La Pantera, Stereo Disco, Radio Éxitos, e incluso 620, ninguna tenía nada para mi. Tanto AM o en FM, ninguna estaba como para complacerme en ese momento. Frustrante, media hora perdida para nada.

Así que tomé manos a la obra, elegí un disco y como un auténtico torbellino bajé hasta la sala, donde me esperaba la flamante consola con tornamesa de mi padre, donde de inmediato coloqué con sumo cuidado, el disco “Dinasty”, de KISS, que se había estrenado ese año y había consumido mis escasos ahorros, pero valió la pena, desde luego que sí.

Mientras sacaba el disco de su funda de cartón e imitaba las expresiones de los 4 integrantes de la banda, retiré la funda de papel para limpiar el disco con mucha delicadeza, como si de una obra de arte se tratara, mientras a lo lejos escuchaba a los vecinos tocar la Cumbia Sampuesana. “Lo siento”, dije, “es mi turno de musicalizar la cuadra”.

Encendí el aparato, subí el volumen a todo lo que daba, levanté el brazo de la aguja y lo dirigí hacia el inicio del disco, con mucho cuidado y con suavidad, lo deposité sobre el acetato que giraba lentamente. “Estoy listo”, me dije a mi mismo mientras la aguja reproducía el track 1.

El poderoso bajo de Gene Simmons, el “Demon” irrumpió en la habitación, seguido de la batería de Peter Criss, el “Catman”. A pesar de que soy ateo, extasiado, pensé “Dios, que buena canción”. De inmediato tomé mi guitarra de aire y comencé a seguir los acordes del requinto de Ace Frehley, el “Spaceman”, al mismo que con un inglés muy washa washa, repetía todas las frases de “I was made for lovin’ you baby”, que Paul Stanley, el “Starchild”, cantaba.

Casi 4 minutos y medio de pura energía, de potencia musical, de electrizantes ejecuciones me dejaron exhausto. Obviamente mi inglés no me alcanzaba para entender toda la letra de la canción, pero me era suficiente lo que sabía.

Al quedar todo silencio, nuevamente se escuchó la radio de la vecina en la calle. Esta vez era Lorenzo de Monteclaro cantando “Me dejaste abrazado de un poste”, buena rola, pensé.

Regresando a mi música, apagué la consola, guardé ceremoniosamente mi disco en su funda mientras leía nuevamente la letra de la canción. “Nací para amarte”, se traducía en la radio en Mexico, genial. KISS no eran como los Rolling Stones o los Beatles. No eran como los Creedence ni como Led Zeppelin.

Eran diferentes, teatrales, caracterizados como personajes de algún cómic, maquillados y con vestuarios estrafalarios que recordaba el teatro Kabuki japonés. Los shows de rock en esos tiempos se enfocaban más en la ejecución y en el buen sonido, que en la apariencia y los efectos especiales. Bueno, todo eso cambió cuando llegó KISS.

Fuego, explosiones de humo, pirotecnia de colores, e incluso sangre, escurriendo de la boca del “Demon” con su lengua extra larga, sus brillantes trajes nacidos de alguna pesadilla sicodélica, KISS se convirtió en un fenómeno musical, un referente de la cultura pop. Su ropaje lleno de estoperoles, vidrio, cuentas de plástico, cuero y con botas de plataforma que increíblemente les llegaban hasta media pierna, difícilmente era algo que pasaría desapercibido.

Incluso hoy, ya con la banda retirada en 2023, la música de KISS es reconocida como una de las mejores bandas de rock de todos los tiempos y como una de las agrupaciones más influyentes para iconos del rock de las muchas generaciones posteriores.

20 álbumes de estudio, 13 álbumes en vivo, 14 álbumes de compilación y 67 sencillos, nos habla de lo ocupado que estuvieron durante los casi 50 años de carrera musical. Lo mismo pueden decir sus 30 discos de oro, que ninguna otra banda de Estados Unidos puede presumir y sus 14 discos de platino, 3 de ellos de multiplatino.

Su influencia en el mundo es referida por casi cualquier ídolo del rock de cualquier país, debido a legendarios conciertoe internacionales, como el de Japón. Muchos de ellos, alguna vez pintaron sus rostros como alguno de ellos para imitar sus movimientos en el escenario, mucho antes de convertirse en estrellas del pop o del rock.

Los cuatro miembros originales de KISS fueron incluidos en el Salón de la Fama del Rock and Roll en abril de 2014 y fueron clasificados por MTV como la novena mejor banda de metal de todos los tiempos, mientras se ubicaron en el décimo lugar en la lista de los “100 mejores artistas de hard rock” de VH1.

KISS fue clasificada como la tercera “Mejor banda de metal y hard rock en vivo de todos los tiempos” por la revista Loudwire, y fue colocada en el decimosexto lugar por la revista británica Classic Rock en su lista de “Las 50 mejores bandas de rock de todos los tiempos”.

Sin duda hay mucho por decir y recordar. Posiblemente no es del gusto de todos, pero para mi yo adolescente significaban justamente lo que necesitaba: buena música que me sacara de lo cotidiano, de mis tareas escolares inacabadas y me inspirara a buscar más pósters para tapizar mis paredes de éstos cuatro sujetos rimbombantes.

Cuatro décadas después, de pronto los escucho en mi playlist de Spotify cuando voy manejando y de inmediato la pongo en pausa, subo los vidrios, aumento el volumen y la regreso al principio. El demonio, el chico de la estrella, el hombre del espacio y el gato regresan del pasado para ofrecerme un concierto solo para mi.   

Entonces oprimo play y de nuevo tengo 16 años, mi cabello es largo y abundante, de nuevo tengo el mundo y la vida por delante, nuevamente siento esa sensación de libertad sin preocupaciones que da la juventud, son 4 minutos y medio de absoluta felicidad…

“Tonight,
I wanna give it all to you,
In the darkness,
There’s so much I want to do…”

Los autos pasan a mi alrededor con su prisa de siempre, los mensajes llegan a mi teléfono celular que repiquetea sin parar, tengo mucho por hacer, pero seguro será después de que acabe la canción.

“And tonight, I wanna lay it at your feet,
’Cause, girl, I was made for you,
And, girl, you were made for me…”

“Qué bien suena esa canción en mi auto”, me repito una y otra vez. Ya casi acaba, y siento que al terminar debo regresar a mi estado adulto y atender todas mis obligaciones, no quiero que termine, no quiero ser adulto de nuevo. No todavía.

“I was made for loving you, baby,
You were made for loving me,
And I can’t get enough of you, baby,
Can you get enough of me?”

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