Washington, DC.- Donald Trump anunció el lunes en su plataforma Truth Social que los camiones importados por Estados Unidos estarán sujetos a un arancel del 25% a partir del 1 de noviembre.
La medida, tomada según la Casa Blanca por cuestiones de “seguridad nacional”, tiene como objetivo apoyar a los fabricantes estadounidenses de camiones como Peterbilt, Kenworth, Freightliner o Mack Trucks.
“A partir del 1 de noviembre de 2025, todos los camiones medianos y pesados que entren en Estados Unidos procedentes de otros países estarán sujetos a un arancel del 25%”, dijo Trump en su red, Truth Social, sin dar más detalles.
El presidente estadounidense anunció el 26 de septiembre su intención de imponer aranceles aduaneros a varios productos, entre ellos medicamentos y muebles, además de camiones, cuyo proveedor principal es México. Originalmente, el arancel debía entrar en vigor el 1 de octubre, pero Trump aplazó la medida.
La decisión de imponer aranceles a los camiones importados se deriva de una investigación que inició en abril el Departamento estadounidense de Comercio sobre la importación de camiones pesados, y que determinó que debido a “prácticas comerciales predatorias”, un “pequeño número” de proveedores extranjeros acapara las importaciones estadounidenses.
Fabricantes de vehículos de Detroit han presionado con fuerza para que Trump limite la importación de camiones pesados.
Aunque el 99% de la producción de los camiones pesados de cuatro de los grandes fabricantes (Daimler Truck North America, International, Paccar y Volvo) se realiza en Estados Unidos, gran parte de la de camiones medios de Ford, General Motors (GM) y Stellantis, procede de México.
En documentos remitidos en mayo por Paccar (que fabrica camiones con las marcas Peterbilt y Kenworth), su consejero delegado, Preston Feight, advirtió que los aranceles impuestos por Trump al acero y aluminio estaban causando graves problemas a las empresas estadounidenses.
“Las actuales capas de aranceles sobre los componentes no procedentes del T-MEC instalados en camiones fabricados en Estados Unidos que cumplen con el acuerdo están generando una desventaja de costes significativa para los camiones producidos en el país frente a los camiones comparables ensamblados en México, que pueden incorporar piezas chinas y de otros países, así como acero y aluminio importados, y venderse en Estados Unidos sin aranceles”, argumentó.
Paccar y otros fabricantes comprometidos con la producción de camiones en Estados Unidos no se verán afectados por los aranceles sobre vehículos terminados importados. “Otros fabricantes han indicado que podrían trasladar nuevamente la producción de camiones desde México a Estados Unidos”, añadió Feight.
De enero a julio, Estados Unidos importó 32 mil 410 millones de dólares en camiones, autobuses y vehículos especiales de los que casi el 80%, o 25 mil 860 millones de dólares, procedieron de México según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Por otra parte, Stellantis señaló en mayo al gobierno estadounidense que el 88% de todos los camiones pesados y medios registrados en el país habían sido producidos en Estados Unidos.
Stellantis añadió que el 22% restante, 121 mil 125 vehículos, “fueron importados de Canadá y México, con solo una pequeña cantidad” procedentes de otros países.
El republicano ha lanzado una ofensiva proteccionista desde su vuelta a la Casa Blanca a finales de enero, con aranceles masivos por origen de la importación y por productos, como los automóviles, el acero, el aluminio y el cobre.
A diferencia de los aranceles por sectores, la legalidad de las tasas aduaneras por países no está clara, y la Corte Suprema estadounidense debe pronunciarse al respecto a principios de noviembre, después de que un tribunal federal dictaminara su inconstitucionalidad.
No está claro cómo se aplicará este nuevo arancel a los camiones provenientes de países con los que Estados Unidos tiene acuerdos comerciales, como Canadá y México (T-MEC), y la Unión Europea.