Tuam, Irlanda.- Una investigación forense destapa una de las historias más oscuras de abuso institucional: cerca de 800 cuerpos de bebés fueron localizados en un tanque séptico bajo un hogar católico.
Las autoridades irlandesas confirmaron este martes la exhumación de cientos de restos humanos pertenecientes a bebés y niños pequeños que yacían ocultos bajo los cimientos de lo que alguna vez fue el Bon Secours Mother and Baby Home, un hogar católico para madres solteras que funcionó entre 1925 y 1961.
El equipo forense encontró los restos en un tanque séptico subterráneo que nunca fue construido con fines funerarios. El sitio se ubicaba en los terrenos del hogar, dirigido por la orden religiosa Las Hermanas del Buen Socorro.
En los registros oficiales del Estado figuran 796 certificados de defunción de niños relacionados con este sitio. Sin embargo, no existe constancia de entierros individuales ni colectivos, lo que desató la alarma.
El hogar estaba destinado a mujeres que quedaban embarazadas fuera del matrimonio, una condición que la moral religiosa de la época consideraba vergonzosa. Muchas de ellas eran rechazadas por sus familias y aisladas en estas instituciones.
Sus hijos, estigmatizados como ilegítimos, no siempre recibían atención médica adecuada. Se documentaron muertes por desnutrición, tuberculosis, sarampión y condiciones sanitarias deplorables. Los cuerpos eran descartados sin ceremonia religiosa y sin siquiera un registro.
Un hallazgo accidental… ignorado por décadas
En 1975, dos niños jugaban en el terreno abandonado del hogar cuando uno de ellos cayó en una fosa “repleta de huesos”. En ese momento se pensó que se trataba de restos de la Gran Hambruna de 1840, y el caso no fue investigado a fondo.
Décadas después, fue la activista Catherine Corless quien sacó la verdad a la luz. Tras revisar archivos y registros de la institución, encontró 796 certificados de defunción… y ni una sola tumba. Sus hallazgos presionaron a las autoridades para iniciar excavaciones.
El gobierno irlandés ha comenzado las labores de identificación mediante pruebas de ADN. La orden religiosa ofreció una compensación de 2.5 millones de euros para cubrir parte de los costos de excavación.
Este caso es uno de los muchos que han sacado a la luz los abusos cometidos en hogares religiosos y escuelas católicas a lo largo del siglo XX en Irlanda. Miles de mujeres y niños fueron institucionalizados, invisibilizados y, en muchos casos, víctimas de negligencia o abuso.
La historia de Tuam no solo es una herida abierta en Irlanda: es un recordatorio brutal de lo que ocurre cuando instituciones poderosas operan sin supervisión ni rendición de cuentas, y cuando el estigma social pesa más que los derechos humanos.