Apatzingán, Michoacán.— La ruta productiva y de comercialización en Tierra Caliente de Michoacán es custodiada con operativos permanentes del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, en el marco del Plan Michoacán para la Paz y la Justicia.
El despliegue es en los campos agrícolas, donde el Cártel Michoacán Nueva Generación sembró artefactos explosivos improvisados.
La ofensiva de ese bloque criminal —conformado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Viagras y Los Blancos de Troya— provocó, en los últimos dos años, la muerte de jornaleros, productores, empacadores y elementos de fuerzas federales.
También llegó a poner de cabeza y en picada la cadena productiva y económica del limón.
Sin embargo, esos mismos criminales ya no son vistos ante la presencia de personal militar y de inteligencia en la región de Tierra Caliente, tras el asesinato del líder limonero Bernardo Bravo Manríquez.
Desde las autopistas, carreteras estatales y caminos se percibe la presencia de una parte de los 10 mil 600 elementos de Defensa y de GN, que desplegó el gobierno federal.
Compromiso con la ciudadanía
Para cumplir con su responsabilidad, el subteniente de Infantería, Mario Castañeda se prepara antes de las 5:00 de la mañana, pues tiene que estar cambiado y equipado para esperar que su pelotón se aliste.
En los dormitorios está la tropa; ese grupo que dirige el joven militar, proveniente del 38 Batallón de Infantería, de San Quintín, Chiapas, desde donde fue enviado para integrarse a la Operación Paricutín.
Explica que dentro de sus labores está realizar patrullajes, principalmente en áreas conflictivas, y hacer recorridos de reconocimiento. Considera que la labor que realizan ya empieza a rendir frutos.
“Y así seguirá, siempre y cuando tengamos en mente lo que es nuestro trabajo, no salirnos de ahí y cumplir con lo que nos toca, que es brindar seguridad nacional y hacer proximidad social”, subraya.
Mario Castañeda es consciente de la situación complicada que se vive en Michoacán: “me encomiendo a Dios, pido que todo salga bien y que regresemos sin novedad.
“El Ejército Mexicano hace las tareas que nos encomienda la nación y les pedimos que nos apoyen. Somos personas, también nos cansamos, pero es parte de nuestro uniforme, es parte de nuestro trabajo apoyar a la población, cuidarla y dar seguridad. Yo daría mi vida por la ciudadanía”, remata.
Minutos después, en el patio principal, se realizan honores a la bandera, luego, personal de fuerzas especiales (murciélagos), de la Secretaría de la Defensa y de la GN, recibe las órdenes del día.
“Atención jóvenes. El día de hoy, toca realizar patrullajes disuasivos; asimismo, llevar seguridad en los campos y los empaques limoneros, como parte del Plan Michoacán ordenado por el gobierno federal. También, reducir el índice de homicidios y de extorsión aquí en Tierra Caliente, en la zona de Apatzingán, Michoacán”, señala con voz firme, uno de los mandos militares.
Y reitera: “Jóvenes, en todo momento deben preservar la seguridad, tanto los tiradores, como el personal que vaya en la parte de atrás, y establecer todas las medidas de seguridad con el armamento. Ante cualquier situación avisar por los radios. ¡Abordo, tripulación!”
La custodia del limón
Al frente del convoy militar y de GN va un camión blindado conocido como Ocelot, fabricado por la Secretaría de la Defensa; lleva en la torre un tirador especializado y certificado y una estructura para montar una ametralladora.
El operativo atraviesa las calles de Apatzingán y la zona rural. Los efectivos se internan en las huertas, donde los jornaleros ya se dicen familiarizados con su presencia.
Isaac Gutiérrez, un cortador de limón, se dice más tranquilo.
“Ya nos dejan trabajar, ahora sí, a gusto, sale unos sin pendiente. Ya ve que antes había minas [explosivos] en las parcelas y salía uno con miedo de trabajar y pisar una mina o quedar en un agarre [enfrentamiento], porque a veces anda uno trabajando y [los grupos criminales] se andan tiroteando”, cuenta.
Mientras corta el limón, lo selecciona, lo echa a su costal y luego a las cajas, Isaac, reitera que ahora todo se ve más tranquilo, porque el asesinato del líder limonero, Bernardo Bravo, les dejó incertidumbre.
A unos pasos de Isaac y su familia está el oficial Jiménez, de la Guardia Nacional, que ese día está a cargo de la Base de Operaciones Interinstitucionales en Apatzingán.
“Venimos trabajando los operativos cítrico-limoneros, aquí en las huertas de limón, le damos seguridad a los cortadores, acompañamos el producto hasta el empaque o al tianguis limonero”, explica.
Dice que esta custodia, tiene como fin reducir el nivel de inseguridad y la extorsión a los limoneros.
“Pero también contamos con una unidad con vehículos Ocelot, que van al frente para reaccionar ante cualquier emergencia, para así también detectar algún explosivo y dar aviso a la 43 Zona Militar, para que envíen al equipo especializado en desactivarlos”, precisa.
El calor, que llega a los 42 grados centígrados, no detiene la vigilancia en brechas y caminos rurales. El recorrido continúa y ahora toca elegir al azar un empaque; por estrategia, los mandos no revelan a dónde van.
El acceso a los empaques y el despliegue en el interior de los mismos, tiene la autorización de los citricultores, a quienes les proporcionan hasta tres elementos de GN, que permanecen afuera de sus instalaciones, en caso de alguna amenaza.
“Ahorita estamos haciendo un recorrido por las instalaciones de la empacadora, para verificar que no haya personal ajeno a la plantilla laboral, que no vayan a venir a querer amedrentar, extorsionar o amenazar a los trabajadores y así, garantizar la seguridad. Por eso hacemos recorridos a las instalaciones”, platica, otro oficial militar.
En “casa del enemigo”
Autoridades estatales y federales enfrentan ahora una modalidad diferente para el cobro de la extorsión a productores de limón; son los empacadores los que tienen que llevar el recaudo a donde les ordenan los criminales.
Las áreas estatales y federales de inteligencia tienen información que les indica que algunas de las cabezas de Los Blancos de Troya y Los Viagras están en localidades donde ya tienen una base social afianzada.
Ahí, el operativo de las fuerzas de seguridad cambia, no es un recorrido disuasivo, sino la búsqueda de generadores de violencia.
Las fuerzas federales arriban a la localidad de Cenobio Moreno, una de las cunas de Los Blancos de Troya, donde el grupo delictivo es avisado de inmediato por sus halcones, informantes o punteros de la llegada de los militares.
Los militares y guardias nacionales instalaron un puesto de revisión en ese lugar; saben que en cualquier momento puede caer alguno de los objetivos criminales o información que los lleve a las capturas.
La mañana se alarga entre la vigilancia a distancia y de cerca, de los mismos delincuentes, así como la hostilidad de los pobladores. No es diferente en el siguiente punto: Santa Ana Amatlán, una de las casas grandes, de los líderes de Los Viagras.
La tropa, fuertemente armada y equipada sube a sus vehículos, toma algunos caminos para peinar una vez más la zona, y ya que cae la noche regresa a las instalaciones militares, de donde saldrá otro convoy, para relevarlos en sus tareas.
Reporta García Harfuch 932 detenidos
El titular de la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, presentó ayer los avances de seguridad del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, y resaltó que el trabajo entre las instituciones ha permitido detener en esa entidad, desde el 1 de octubre de 2024 al 15 de noviembre de 2025, a 932 personas por delitos de alto impacto.
También reportó el aseguramiento de casi 23 toneladas de droga, 924 armas de fuego y el desmantelamiento de 17 laboratorios de metanfetamina.
En conferencia de prensa señaló que incrementaron los despliegues en la entidad con 12 mil 514 elementos del Ejército, la Marina, Guardia Nacional y la SSPC.
Además, se fortaleció a la Policía y Fiscalía estatal con equipamiento y capacitación bajo la supervisión del gobierno federal.
Acompañado de los secretarios de la Defensa, general Ricardo Trevilla Trejo, y Marina, almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, el titular de la SSPC detalló que para fortalecer la estrategia nacional contra la extorsión se instaló una subsede en el estado.
Comentó que como parte del Plan Michoacán, del 10 al 26 de noviembre se detuvo a 134 personas, se han incautado armas de fuego, cartuchos, cargadores, vehículos, artefactos explosivos, material explosivo, 425 kilos de metanfetamina y drogas sintéticas.
El general Trevilla Trejo subrayó que los homicidios dolosos se redujeron de 111 en septiembre pasado a 58, al último corte de noviembre. En Uruapan, los registros bajaron de 20 a siete.
Agregó que a petición de la alcaldesa de Uruapan, Grecia Quiroz, se inició la construcción de un cuartel para Seguridad Pública en dicho municipio.








